CUADERNOS DEL REBALAJE. DEDICADO A LOS PERSONAJES POPULARES DE EL PALO.
En septiembre de este año 2025, la Asociación de Amigos de la Barca de Jábega, que pertenece a la “Plataforma Vecinal por Nuestra Identidad”, publicó en su colección de revistas, Cuadernos del Rebalaje, el numero 67 con el título “El Palo. Doce personajes Populares”.
Breve historia de El Palo en relación con sus personajes populares.
La historia y la identidad de El Palo está marcada por dos elementos o circunstancias que la condicionan mutuamente: Una que es un muy antiguo barrio malagueño con una gran fuerza de identidad popular y de pescadores, y la segunda que se ha forjado y crecido desde la pobreza y la precariedad.
Estás dos características ha propiciado una forma de vivir y una cultura propia, identificable por muchos elementos que comparte con otros barrios populares, pero también otras propias que se desarrollan aquí especialmente.
El origen popular y pobre de pescadores, se da ya en los primeros pobladores, estos venidos de Almería y Motril, buscando la rica pesca que aquí se daba, se asientan en cuevas que van configuraron poco a poco el primer núcleo urbano.
Entonces, a finales del XVII, todo el espacio que había entre la N,340 y el mar eran lagunas, hoy es la parte más densa de nuestra población. Estás lagunas forzaron al ejército de los Reyes Católicos en su conquista de Málaga en 1487 a rodearlas en su paso hacia Málaga, porque sus carretas y caballerizas se hundían en el fango de las lagunas.
Pero antes, mucho antes, ya dejaron sus huellas en nuestro barrio los fenicios, iberos, romanos, árabes andaluces, y es significativa la historia de las visitas que la diosa Noctiluca hacía a nuestro barrio, en el plenilunio de octubre.
La figura de esta diosa era sacada de su altar en la Cueva del Tesoro y era traída hasta nuestra playa y metida en la mar para que bendijera sus aguas dándole fertilidad en producción pesquera. Está historia que arranca desde el neolítico final, nos puede dar una idea de la importancia de la pesca, y la cultura de pescadores en nuestra historia e identidad. Seguramente habrá alguna relación con la historia mucho más moderna (principios del siglo XX) que se repite cada año, cuando los pescadores suben la imagen de la Virgen del Carmen en una barca de jábega y la pasean por nuestra costa. La pesca y los pescadores siempre presente desde el neolítico hasta nuestros días.
De estos pueblos y culturas quedan señales y recuerdos significativos, como en toda Andalucía, pero de entre ellos, en nuestro barrio quedó físicamente representado hasta nuestros días, un pueblo de Oriente Medio, del Líbano en concreto, se trata de los Fenicios, que nos dejaron su sello en nuestras actuales barcas de jábega, con su ojo que posiblemente proceda de los egipcios, También con la figura y uso de la barca de pesca.
La barca que se ha convertido en la imagen más identitaria de Málaga. Con sus embarcaciones que era el modelo de donde se copió nuestra barca, los fenicios nos trajeron también los camaleones, que poblaron toda la costa mediterránea, y que ha llegado a extinguirse en España, salvo en una franja cercana a las costas de Huelva, Málaga y Motril.
Pero volviendo a la configuración de nuestro barrio, aquellos primeros pobladores, que vinieron a pescar y terminan quedándose a vivir en Las Cuevas, reciben la llegada de oleadas de vecines que huían de una sequía en 1800, venidos de Benagalbón, Olías, Totalán y Comares, y fueron haciendo crecer el núcleo urbano, generando una línea de casas en torno al arroyo de Las Cuevas, y teniendo su centro en las cuatro esquinas.
De los diferentes censos que nos han llegado podemos decir que en 1820 el total de habitantes de El Palo según el patrón de contribuyentes, era de 39 cabezas de familia, si consideramos que cada familia tenía cuatro miembros podemos decir que estaba habitado
por 156 personas Y ya con ese núcleo constituido, el año 1849 cuando El palo tenía 1532 habitantes. El ayuntamiento de Málaga siendo alcalde corregidor D. José María Llanos pretende cobrar un impuesto o repartimiento a la vecindad, y Agustín María Hee, el entonces alcalde pedáneo de El Palo, en varias ocasiones explica la imposibilidad de hacer cumplir ese encargo, por la dependencia económica de la pesca y por consiguiente la situación precaria y de pobreza de la mayoría de la población.
La cantidad que tenía que recoger entre la vecindad era de 2.990 reales de vellón, sin embargo. el 70% de los contribuyentes se negó a pagarlo, según el alcalde paleño porque tras ir de puerta en puerta, en mayo, las disculpas que ponían los que se negaron a pagar eran “ no haber pescado y estar parado el tráfico en el camino”, en junio el alcalde vuelve a dirigirse al alcalde corregidor de Málaga, argumentando que era imposible cobrar por “la penosa y miserable situación en el que se haya en el día esta población”.
En octubre, el alcalde de nuevo se excusaba argumentando, que la mayor parte de la población, se encontraba embarcada y suplicaba que se aplazara el cobro al Día de todos los Santos, que es cuando “tenía costumbre de recibir lo que le adeudan los patrones por ser cuentas generales”
Por último ya en julio de 1850 Agustín María Hee escribe al corregidor de Málaga informándoles que “los más de los deudores están ausentes ignorándose su paradero y los que actualmente existen se hayan segando por lo cual espero…tenga la bondad de diferir
o prorrogar el plazo…” Era obvio que la mayoría de la población paleña no hacían otra cosa que trabajar, en el mar o en el campo para ganar el sustento diario.
Datos extraidos de: Leg570.-Expediente para la recaudación del derecho de consumo en la barriada de El palo en 1949
vivieron allí El Chicuelo, El Niño de las Moras, y muchos pescadores y patrones de barca como Luis el Nuevedoble (mi abuelo).
Poco a poco, para evitar el paludismo, se van desecando las lagunas que dan nombre al barrio (laguna es palos paludis en latín). Se produjo otro avance con la construcción de la carretera que comunica Málaga con Vélez, construida a finales del XIX que forma un dique que favorece la formación de huertas.
La burguesía malagueña pone sus ojos en éstas tierras entre la mar y el campo y vía de comunicación privilegiada con Málaga al oeste y Vélez y la Axarquía al este, En el último cuarto de siglo se produce otra serie de eventos que propician el aumento de la población y crecimiento del barrio:
- Invasión malagueña: fincas con huerta y jardín de pequeña y gran burguesía. Villa Cristina, Casa Grande construida para Cánovas.
- El Palo poco a poco se convierte en el barrio de Málaga con más colegios religiosos: La Asunción, Presentación, Ángeles Custodios, San Estanislao, Esclavas, etc.
- Rápida retirada del mar favorecida como ya dijimos por la carretera – dique.
- Despoblamiento de pueblos (por la filoxera) cuyas poblaciones vienen aquí.
- Prolongación del centro urbano hacia el mar, en torno a Calle Real y Calle Mar
- Aparición de las casas de la playa y el corralón. Esta fila estaba al norte del ferrocarril, que circulaba a pie de playa. Luego surgiría la fila de casas de la playa actual.
- La construcción de Iglesia se impulsa por Isabel II (1851-1893).
- El cementerio construido en 1865.
- San Estanislao construido en 1882.
También a finales del XIX el Marqués de Iznate que se había convertido en el propietario de muchos de los terrenos de El Palo, construye un chalet para Cánovas del Castillo que no llega a habitarlo nunca, por esa casa, llamada en el barrio «La Casa Grande», y que estaba donde actualmente está «El Drago», han pasado Isabel II, Alfonso XII y Alfonso XIII. Igualmente es el Márquez de Iznate quien proporciona a los jesuitas los terrenos paleños que van desde esa «Casa Grande» hasta la orilla del mar a principios del XX.
Todo lo que eran huertas pasa a ser de los jesuitas, y posteriormente se van vendiendo y construyendo, hasta sobrepasar los índices de habitabilidad de nuestro barrio en los años 70 y 80. Pero en todos esos años el barrio se va consolidando siempre siendo una
población mayoritaria de pescadores y siempre rozando la situación de pobreza y altos índices de precariedad.
En paralelo se producen avances en la infraestructura y los servicios en el barrio, en 1905, el tren salía de Málaga con destino Vélez, teniendo su primera parada en El Palo. También el tranvía estrecha las relaciones y comunicación de Málaga con El Palo. Y en los años 20 hay varios intentos impulsados por algunos de los alcaldes pedáneos de El Palo, de conseguir, infructuosamente, la independencia para constituirse como pueblo con ayuntamiento propio. Desde 1835 a 1930 hay al menos cerca de una treintena de alcaldes.
En esas fechas la pobreza y carácter de barrio de pescadores seguía siendo la mayor identidad poblacional de El Palo.
Es en este primer tercio del XX cuando se desarrolla un buen número de comercios e industrias: posadas, bares, y fábricas de toallas, conservas, lonjas de pescado, atarazanas de redes de pesca, etc. Todo ello junto a los típicos merenderos que hacen famosa a Málaga por sus “pescaitos fritos” y espetos de sardinas. En esa época se echaba a pescar hasta 40 barcas de jábega. Según recuerdan los familiares de los «Pontegordo» y los Machucao» algunas de ellas eran:
- «La Machucá» de Antonio Albarracín Fernández.
- «La Traganuo» de Francisco Toledo Cervantes hermano de mi abuela Carmen de «Armónico».
- «La Herrera» de José Mendoza Cervantes.
- «La Sote» de Antonio Román jerez.
- «La Faca» de Juan Román Ardudo.
- «La Rabiche» de Antonio Gallardo Ruiz.
- «La Beata» de José López Vázquez.
- «La Marrilla» de Pedro Rueda Mellado.
- «La Sietevida» de Pedro Soler Román.
- «La Tío los Perros» de Luis Sánchez Soria.»La Currito» de Francisco Rosa Martín.
- «La Llave» de José Sánchez Alarcón.
- «La del Puerta» de Manuel Puertas Garrido.
- «La Billetera» de José Rodríguez Soler.
- «La Nueva» de Juan Rodríguez López.
- «La Mellizo» de Francisco Belmonte Segura.
- «La Rosilla» de José Rosa Garrido.
- «La Calafate» de Salvador García Sánchez.
- «La Pontegordo» de Matías López Segura de la familia de mi madre.
- «La Nuevedoble» de José Castro Morata.
- «La de Matías».
- «La Guarrita».
- «La Blanca».
- «La Colorá».
- «La Rabiosa».
- «La Negra».
- «La Diablera».
- «La Huevera».
- «La Panadera».
- «La del Segundo».
- «La del Cachimba».
Eran años duros y para colmo de males, Franco se levanta contra el gobierno de la República, elegido en votaciones democráticas por el pueblo. Los ejércitos franquista, italiano, aleman y «moro», en su llegada a Málaga provocan la «Desbandá», generando el mayor genocidio europeo del siglo XX. Miles de civiles fueron asesinados en la carretera hacia Almería. Muchos eran paleños y paleñas. Otros y otras no llegaron a hacer la «Desbandá» por creer, que como nada malo habían hecho, nada les podía pasar, fueron fusilados o muertos en la cárcel sin juicio 24 personas, de ellos algunos dependían de la pesca.
En los casi siete meses de gobierno republicano en El Palo no se produjo ninguna muerte, incluso la vecindad evitó en dos ocasiones que detuvieran al párroco en la puerta de su casa, los exaltados que venían de fuera del barrio, quemaron parte de la iglesia provocando daños, se perdieron 11 de los 22 libros del archivo, el reloj de la torre, los bancos y el altar mayor fueron quemados.
Se destruyó un púlpito con todas las imágenes, menos la de la Virgen del Rosario. Los exaltados que vinieron al barrio encontraron la desaprobación de la población republicana paleña que evitó muertes y otros males. Entre ellos destacó en esa actitud Matías Rodríguez, pero de nada le sirvió, cuando llegaron los nacionales. Fue detenido por masón, tiempo después le comunicaron a la familia que murió en la cárcel, junto con él 23 vecinos/as fueron ejecutados: fusilados, por garrote o por asfixia, entre ellos otro de nuestros personajes populares Chicuelo con sus dos hermanos y otro marengo muy conocido Miguel «el Calafate».
Algunos se libraron de ser fusilados pero tuvieron que entregar sus propiedades al nuevo régimen fascista, como José Jiménez Toledo que cuando volvió de la “Desbanda´ ”entregó su atarazana al padre Ciganda para construir una escuela que es el actual ICET.
Todo ello entre el 37 y el 40.
El barrio vivió una dura posguerra y con la muerte de Franco, el esfuerzo de las luchas obreras y estudiantiles junto a los movimientos ecologistas, feministas y pacifistas, consiguen consolidar estos movimientos en época de transición en los años 70 y 80. Se da entonces el desarrollismo urbanístico en nuestro barrio. Crecen como setas los bloques de pisos y urbanizaciones sin dejar espacios públicos de esparcimiento y de relación entre la vecindad: déficit de centros escolares, sanitarios deportivos y culturales son el nuevo daño a nuestra población. Esta situación se ve contestada con la organización de vecinos y vecinas procedentes del activismo en partidos, en sindicatos, en organizaciones de cristianos obreristas y de vecinos independientes Con la participación de todes se crea la Asociación de Vecinos y Vecinas de El Palo.
En paralelo a estas transformaciones, la continua pesca de inmaduros provoca la extinción del chanquete. En el 74 se prohíbe totalmente la pesca del chanquete, también se reduce mucho la capacidad regenerativa de otras especies de peces de nuestras aguas y conduce a la prohibición de la pesca con barcas de jábega. Desde entonces la barca de jábega que debiera ser considerada patrimonio cultural de Málaga, sólo se usa como embarcación de ocio y deportiva.
Volviendo al año en el que se crea la AAVV de El palo en el año 1976. Un gran cambio se produce en la barriada y la lucha ciudadana tiene como modelo a nivel andaluz a la AAVV de El Palo. Esta desarrolla acciones reivindicativas: las asambleas, manifestaciones, carteles, pancartas y todo tipo de acciones, que poco a poco va dando sus frutos y consiguen que nuestro barrio tenga actualmente: centro de salud, institutos, parques, centros culturales y asociativos, paseo marítimo y otros muchos equipamientos.
Aunque aún hoy siguen siendo insuficientes como podemos deducir de qué se siguen manteniendo vivas reivindicaciones de este tipo por parte de esta AAVV de El Palo y otras asociaciones.
Atravesando todos estos años, la cultura e identidad del barrio está presidida por la precariedad y pobreza de la población mayoritariamente de pescadores mal atendida por las instituciones. Esta situación tradicionalmente genera unos modos de relación basados en la solidaridad y apoyo mutuo. Esa es la cultura e identidad de los y las marengas. Se llegaron a contar 40 barcas de jábegas que son como microempresas con unas leyes no escritas que aseguran el reparto y los cuidados, con algunas excepciones.
Los dueños de estas barcas de jábega eran sensibles a la situación de precariedad que vivían, siempre pendientes de si la mar les permitía pescar para comer día tras día. Recuerdo especialmente la frase que una vecina de la playa, que recordándome a mi abuelo Luis «El Nuevedoble», patrón de la barca Ana María me decía: «cuánta hambre ha quitado la barca de tu abuelo en la calle Olivar». Pero no sólo la generosidad del patrón de barca podía ser el sostén de las relaciones solidarias, había normas establecidas y aceptadas por todos que aseguraban este carácter de ayuda mutua y solidaridad. Por ejemplo la costumbre de asegurar una garfá de pescado a cualquiera que se acercara a tirar del copo, aunque no perteneciera a la tripulación, o la de guardar » la parte» que le correspondía a cada uno para los que por enfermedad o alguna circunstancia accidental no acudía a salir de pesca en la barca. O la tarea de «igualar la barca » que consistía en que el peluquero llegaba un día para pelar a todos los jabegotes de la barca, y los dejaba con igual pelado.
Pero no solamente en el espacio de la mar se generaban estos mecanismos de solidaridad y ayuda mutua, también en la apropiación y uso de los espacios públicos la responsabilidad en su cuidado era colectiva y su uso también. Recuerdo a mi madre y mis vecinas, baldeando con valdes o cubos de agua las polvorientas calles en verano, para hacer más habitable las calles que el ayuntamiento tenía marginadas, olvidadas. Los niños y niñas jugábamos en las calles, después de la siesta en casa, y ese espacio era mimado por la vecindad, de igual manera en invierno cuando llovía se formaban charcos que hacían intransitable las calles, la vecindad desecaba estos charcos sacando y esparciendo el agua con los escobones o vertiendo arena de la playa en ellos. Estas calles y “llanos “, junto con la playa, era donde se organizaban las fiestas de encuentro entre todas y todos y cada cual ponía lo que podía: esfuerzo y trabajo o dinero o comida, se hacían los concursos o muestras de júas, las moragas de sardinas, las cruces de Mayo, y las relaciones y la comunicación forjaban espíritu colectivo, asociativo y en alguna forma comunal.
Por otro lado, su relación emocional y ecológica con la naturaleza era fortísima, cada rincón de los roquedales de la costa era conocido por los jabegotes y sabían eludirlos para no se engancharan las redes. Algunos de esos roquedales tenían nombre e incluso generaban hermosas e imaginativas metáforas propias del lenguaje de los pobladores de la playa, como la de un roqueo existente frente a la playa del chanquete llamada “La Laja” que siempre estaba cubierta intermitentemente por las olas, y la espuma que se generaba formaba una sonrisa. Los pobladores de la playa decían “te ries más que La Laja”, y esto era como un afectuoso piropo a la gente risueña. Otra de esos roquedales era difícil de eludir con las redes y eran muchas las ocasiones que se enredaban allí las redes, este roquedal se llamaba “La Cala el Hueso”. Cuando era difícil eludir a una persona que no se deseaba encontrarse, se decía: “a ver si le hago La Cala el Hueso”.
Se sabía la hora según la línea de sombra que dejaba en el suelo, y los niños y niñas conocíamos infinidad de juegos, que se hacían con elementos extraídos de la naturaleza y no necesitábamos ser consumistas en exceso. Nuestra imaginación y esfuerzo colectivo nos alimentaba en nuestras necesidades de juego.
Pronto vieron algunos de esos patrones de barca, que cuando la pesca era más abundante, podían venderla con un vaso de vino y surgen los primeros merenderos. Un chambao de cañas y cañizos con alguna mesa destartalada. Se dice que el primero de los merenderos era el de Miguel el de las Sardinas y que muy cercano a él en el tiempo el del Traganúo.
Poco a poco El Palo se fue poblando de merenderos y seguidamente de industrias de pescado cocinado. Pero la mayor genialidad gastronómica no fueron las conservas de sardinas o manojitos de boquerones, fue algo más natural y ecológico, más popular y surgido de la necesidad y la creatividad de los y las marengas o jabegotes: el espeto de sardinas. Como cocina la misma playa donde se pescaban las sardinas: bastaba un camellón de arena humeda y apelmazada para sostener los espetos, que se hacían con las cañas abundantes en la misma costa, y una candela de rescoldos. Este invento primero se hace en familia y vecindad y pasa a ser expuesto y comercializado por los merenderos.
La prensa da los primeros datos de la existencia del espeto de sardinas a raíz del paso del rey Alfonso XII por nuestro barrio.
En 1885 con motivo de la visita a la Axarquía por los terremotos acaecidos. Entonces visita en el colegio San Estanislao, no a las playas y casas de sus moradores demasiado pobres y sin atractivo para la visita de un rey. Allí en el colegio de lujo situado en nuestro barrio para atender a los niños de la población malagueña más adinerada, agasajan al rey y un pescador que vive en la playa y que seguramente trabajaría en el centro escolar, le ofrece al rey unos espetos de sardinas traídos de la playa. Ahí empieza la leyenda de este plato internacionalmente conocido.
Durante años se pensó que esto sucede en el merendero de Miguel de las sardinas, pero no fue así, incluso existe justo frente a donde estaba el merendero, una lápida con inscripción a modo de monumento a este evento que nunca existió.
Ese tipo de relaciones de ayuda mutua de solidaridad y de relaciones en lo común afloran en la personalidad y el perfil de los 12 personajes que homenajeamos no todos están relacionados con la pesca, pero sí todos se destacan por ese altruismo utópico y humanista, con conciencia de clase o no, con conciencia de feminista en el caso de las mujeres o no, pero con las mismas claves.
La heroicidad de uno de los personajes el Pani es compartida por un pecador Matías Rodríguez y en parte es compartida a nivel ideológico también por otros como El Calafate que no se le menciona que no es uno de los 12, aunque podría estar en la lista, El Chicuelo ellos juntos con otros paleños de profesiones diversas pero muy relacionadas con la mar formaron la terrible lista de 24 muertes cuando llegó el franquismo aquí y la barriada estaba haciendo “La Desbandá”. Todas muestras de cierto heroísmo político.
Otros sin llegar a un compromiso político pero con un compromiso humano y de vecindad activista mostraron los mismos valores de entrega y solidaridad que definen a la población paleña, unos en el campo de la sanidad “La Comadrona”, “Don Luis” otro en el campo de la enseñanza Francisco Haro, otros en el del ejercicio de la vecindad con todas las consecuencias como Pazita o Ascensión o María Galán las mujeres sin identificación profesional pero con el perfil de mayor activismo social de entrega y cuidados.
No podía faltar los religiosos el activismo religioso en lo social, es poco mencionado y considerado en nuestra barriada a través de las publicaciones que hasta ahora han surgido, pero hay un ejemplo claro y notorio en nuestro barrio de ese tipo de entrega y compromiso con los deprimidos con los más pobres: Miguel León lo representa, un cura obrero o defensor de la clase obrera y comprometido con proyectos sociales destinados a ellos, guarderías cooperativas de vivienda en Las Cuevas etc.
El ejercicio del arte, cualquiera de las artes, es un compromiso con la libertad, con el libre pensamiento, también aunque de procedencia muy humilde, lo que se han destacado en el barrio dentro del campo del arte, lo han mostrado aquí Chicuelo y Niño de las Moras, su bondad su humanidad y su entrega, que podéis comprobar en su biografía son un ejemplo claro del perfil clave de la vecindad que se añora y que es ejemplo para nosotros Todos estos valores que ellos representan, están en la historia de la barriada, desde el ADN de sus más antiguos pobladores que han dado caracteres identidad y fama a nuestro barrio. Los pescadores, los marengos y marengas, que estén en la fachadas de nuestra barriada es un orgullo para la para la vecindad y un acicate y un ejemplo a seguir por todos. Dar a conocer sus vida social y su entrega, hacer verlos como referente ideal de nuestra barriada es necesario. Si miramos las edades de los personajes tenemos personajes que nacen cuando la barriada está desarrollándose, cuando están naciendo como barrio. Personajes tan antiguos como el Niño de las Moras que nace en 1889, en ese año la población era de poco más de 1000 habitantes, y aunque ya se había construido el colegio San Estanislao, La iglesia y otros equipamientos importantes, la población pescadora sigue siendo el centro del desarrollo de la vida del barrio.
Miguel López Castro.
BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES
MATIAS RODRIGUEZ. Recuerdos de un hombre de El Palo. 1986. Pura Barranco, Juan Manuel Calvo y Carlos Hernández. Diputación de Málaga y Asociación de Vecinos y Vecinas de EL Palo.
40 AÑOS CAMINANDO JUNTOS. 2016. Asociación de Vecinos y Vecinas de El Palo.
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EL VALLE DE LAS VIÑAS DE MIRAFLORES DE “EL PALO”. 2021. Joaquín Ruano y José Antonio Barberá. Diputación de Málaga.
EL PALO. La pesca, industria y gente. 2019. José Antonio Barberá Fernández. Ediciones Genal.
EL PALO. Una historia de esperanzas y realidades. 2024. José Antonio Barberá Fernández y Antonio Rodríguez Carmona “Falele”. Ediciones Genal.
REVISTA EL COPO. Números 29,30,31,32,33, 35,36,37y 40. Asociación de Vecinos y Vecinas de El Palo