Francisco Toledo, "Frasquito Traganúo"
Nació el 31 de Julio de 1884, en El Palo, hijo de Antonio y de Rosario, en la época en la que el barrio tenía aproximadamente una población de 4.000 habitantes, la mayoría de ellos unidos por lazos familiares. Dedicándose fundamentalmente a la pesca, sobre todo de la sardina, fue patrón y dueño de jábegas, subastador oficial de pescado, propietario de uno de los merenderos más conocidos y frecuentados por los primeros veraneantes de la ciudad, situado frente a la estación de ferrocarril, siendo esta una actividad donde se trabajaba mucho y ganaba poco. Era la época en la que salían a pescar las embarcaciones como “La Chopo”, “Machuca”, “Corrito”, “Rosillas”, “Lima”,“Traganúos”, “Melillera”, “Cocinera”, “Yave”, “Nave”,“Grillo”, etc.
Estuvo emparentado con Matías Rodríguez, uno de los míticos pescadores paleños , el más querido por la gente de la mar. La hermana de Francisco, Victoria Toledo Cervantes se casó con él en segundas nupcias. Francisco “El Traganuo” nació el mismo año que Matías Rodríguez, Fue de los primeros pobladores del barrio, y de las primeras familias que se asentaron en el mismo. Tuvo once hijos. Conocido por su fuerte carácter que llegó a ser impositivo y retador, aunque también se mostraba muy cercano con los niños. Su capacidad de trabajo -en una época difícil y de mucha escasez-, no le impedía ayudar a los demás (para él los suyos).
Su mote o sobrenombre le viene a raíz de una ocasión en la que se estaba poniendo el precio de la barca que él quería comprar. En el tira y afloja por el precio, Francisco soltó una frase lapidaria: “Esa barca, es mía, a “traganúo”. Según Barberá tal vez quisiera decir “por trágala”, la barca fue para él, ese fue el nombre que puso a la barca y el apodo que le quedó, fiel muestra del carácter que le acompañó durante toda su vida.
Por contraste, según F. Ballesteros Usano, comentaba alabando su generosidad: “en los días tristes de temporal, a aquellas pobres familias de pescadores, del techo de cuyas casitas no salía el humo. Llévale estas pesetas a Joseito. Que hagan unas sopas y que le asen estas sardinas a los chiquillos. Y cuando a Joseito le salían las cuentas e iba a devolver a su bienhechor lo que creía un préstamo, le decía: -¿Qué me debes a mí?, Anda y cómprale unas alpargatas a los chicos, que falta le hacen”.
Francisco “El Traganuo” falleció en 1957.