María de Paz Cano (Pacita)
María de la Paz Cano Silva (La Pacita) nació el 24 enero de 1934 en Villar del Arzobispo, provincia de Valencia, cuya patrona es la Virgen de la Paz y de la que sus padres, de origen extremeño, tomaron el nombre para bautizarla. Vivieron en la Línea por un breve lapso de tiempo, ya que con el estallido de la guerra la familia se refugió en Málaga cuando ella era aún una niña, permaneciendo en la calle Calvario de las Cuevas de El Palo hasta que murió en el año 2013 en la casa que heredó de sus padres.
Fue la más pequeña de una familia gitana de 9 hermanos y se asentaron en una zona de huertas apenas construida, dando lugar junto con otros vecinos pioneros, a la calle Calvario, enclave protagonista años más tarde del Muro de la Vergüenza. La casa donde vivieron nunca fue una casa solitaria, siempre estuvo llena de vida y de gente. Pacita acogía a personas en su casa, normalmente de la familia, pero también a quien necesitara su apoyo, dada la solidaridad ejemplar de un vecindario humilde y trabajador.
Tuvo una vida laboriosa, y aunque fue la niña bonita de la familia, se malogró su boda y cuidó y convivió con su padre. Con sus hermanas compartió luchas en el barrio como la caída del Muro. Su soltería fue en principio un hecho no deseado, pero también le reportó una libertad de acción de la que otras mujeres en aquella época no pudieron disfrutar. Tuvo independencia económica y luchó por mantener a una familia grande en la que incluía a sus sobrinos, a los que trató como si fueran sus hijos. También pudo mantener muchas amistades, en su gran mayoría femeninas, que encontraban en ella una amiga leal, valiente y de fuerte carácter. Esto le valió una gran popularidad en barrio donde defendía con ahínco a los gitanos y a los pobres, los dos colectivos a los que ella pertenecía con orgullo.