Juan Ternero Rodríguez (Niño de las Moras) nació en septiembre de 1886 y murió en junio de 1970. Nació en calle Calvario, en la zona de Las Cuevas. En su infancia trabajó en las barcas de jábega de las playas paleñas y cantando flamenco para los aficionados de Málaga que venían a buscarle. A los 15 años Juan comenzó a trabajar vendiendo moras, que pregonaba cantando con un estilo propio, de ahí su nombre artístico. Así era cómo cantaba su pregón: “Asomarse a los balcones, mujeres guapas y hermosas, y veréis vender las moras, moras, mauritas, las moras, y al moral me voy, del moral me vengo, al amo las compro, por las calles las vendo, moras, mauritas, las moras”. 

Esto le llevó a ser conocido en toda Málaga y le abrió las puertas de su dedicación artística como cantaor de flamenco, llegando a codearse en los escenarios con los mejores cantaores de su época. Con 80 años gana el más prestigioso concurso de cantes flamencos, el Concurso de La Unión. En sus últimos años recibe homenajes en la ciudad de Málaga. En su, nuestro barrio, se le dedica una plaza con un busto en su recuerdo. Fue embajador de la cultura flamenca, de la identidad del barrio de pescadores y de Málaga en los escenarios de toda España. A él se debe que los cantes de Jabegotes sigan vigentes, porque él se los enseñó a los cantaores que los grabaron por primera vez con la denominación de jabegotes. Estos fueron nada menos que Antonio de Canillas y Cándido de Málaga, ambos ya desaparecidos.

Pero lo más destacable de este vecino es su reconocida bondad, humildad y generosidad. Es uno de los personajes más queridos y pasó su vida dedicado a su familia y sus vecinos, a los que obsequiaba con sus cantes desinteresadamente. Así se le recuerda en sus últimos años en los que paseaba y conversaba con sus colegas pescadores.